En los primeros días de noviembre, el mes en el que enfatizamos la «gratitud», nos contactaron de una de las casas editoriales seculares más grandes en la publicación de novelas para encargarnos la traducción al español de una colección de seis novelas que actualmente están nominadas como «éxitos de ventas» en el mercado angloparlante. La tarifa que nos ofrecieron (que de paso mencionaron era «baja» porque era tarifa para «comenzar» y dado el gran volumen de texto) era de diez centavos de dólar ($0,10) por palabra fuente más el 25% de regalías de las ventas netas de cada libro. Cada novela consta de alrededor de cien mil palabras. —¡Vaya! —exclamamos— ¡Por fin llegó el cliente ideal! Nos emocionamos. Todo parecía un sueño. Es decir, ¡estamos hablando de «regalías», el sueño de todo traductor! Sin embargo, cuando comenzamos a analizar el material, nos dimos cuenta de que se trataba de una colección de seis novelas «eróticas». Por lo tanto, para nosotros esto no era cuestión de pensarlo dos veces; era un rotundo «No». Rechazamos la jugosa oferta de inmediato. Aunque nos sentimos agradecidos por el hecho de que una editorial de tal magnitud nos haya considerado aptos y a la altura de sus estándares de calidad para este trabajo, y a pesar de la paz que tenemos por no haber tomado parte en algo que no glorifica a Dios, ese «No» trajo consigo cierta tristeza. Esta fue la tristeza y el pesar que se siente cuando sacamos nuestros ojos de lo que tenemos para lamentarnos por lo que no tenemos. En lugar de agradecer por las bendiciones recibidas, demandamos y creemos tener derecho a más. Comenzamos a inflar «el globo de las quejas»:
Pero déjenos decirle algo: cuando le pedimos a Dios que nos muestre nuestros errores para poder cambiar, Él no tarda en hacerlo. ¡En verdad! De pronto el globo revienta con gran estruendo y nos despierta de ese corto pero nefasto letargo, y entonces nuestros ojos se abren ante la realidad de que somos los traductores más bendecidos del mundo. En primer lugar, poco a poco Dios nos está llevando al sueño de poder trabajar únicamente para el mundo editorial cristiano. Hasta hoy hemos traducido 51 libros de vida cristiana. Actualmente solo el 10% de nuestros clientes son seculares y sus encargos son esporádicos. El 90% restante está conformado por clientes que son de gran bendición para nosotros, y ahora vamos a inflar el «globo de la gratitud» que sentimos por ellos:
Por esto y más sabemos que hemos sido bendecidos en gran manera. Este globo de la gratitud jamás reventará; al contrario, cada día se irá llenando con más gozo y alabanza por Sus infinitas bendiciones. Si usted es uno de nuestros clientes, sepa que usted es para nosotros un «cliente ideal» y hoy damos gracias a Dios por su vida. Poder trabajar a su lado nos llena de felicidad, y es nuestra oración que nosotros podamos ser para usted su «traductor/editor ideal». Si usted es uno de nuestros colegas, le animamos a dar gracias por los clientes con los que Dios ya le ha bendecido. Si Él no le ha dado más, es porque usted no los necesita. Confíe en Su provisión perfecta. Si usted es simplemente un amigo o alguien que sigue nuestro blog, le animamos a no fijar su mirada en lo que no tiene, sino a dar gracias por todo recordando que el acto de agradecer nos ayuda a ser más felices. Y procuremos que nuestro lema sea siempre: ¡Cero quejas, más gratitud! ;) La Biblia dice: Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús (1 Tes. 5:18). Tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia (Heb. 12:28). Den gracias al Señor y proclamen su grandeza; que todo el mundo sepa lo que Él ha hecho (1 Cro. 16:8). Es bueno dar gracias al Señor, cantar alabanzas al Altísimo (Salmos 92:1). Den gracias por todo a Dios el Padre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 5:20). Anhelamos que usted también pueda decir con nosotros: Pero yo daré gracias al Señor una y otra vez, lo alabaré ante todo el mundo (Salmos 109:30). ¡Feliz día de Acción de Gracias! Franco, Elena y Alain Usted acaba de leer El cliente ideal. Anhelamos que este artículo le haya sido de bendición y le invitamos a dejar su comentario o a compartir este artículo en las redes sociales.
¡Hasta la próxima!
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Franco y ElenaTraductores y editores de literatura cristiana. Autodidactas. Padres de un adolescente y dos niñas. El pasatiempo favorito de Franco es cocinar; el de Elena es leer. El mayor anhelo de sus vidas es el de agradar y honrar a Dios en todo lo que hacen. Su visión: gozar en la eternidad con Cristo. Archives
October 2019
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