Por: Ángel Vivas (Madrid) Extracto tomado de la publicación original en El Mundo: 28/09/2016 08:48. Editado por Grupo Scribere. Aunque son los invisibles de la cadena editorial, los traductores no podían estar ausentes del Día Europeo de las Lenguas […]. La traducción es una cuestión de la que se habla poco en los medios, pero tiene, sin embargo, mucho interés. Hace unos años, Ismail Kadaré llamaba la atención sobre el hecho de que los primeros versos de la Ilíada estén mal traducidos en todos los idiomas. De la famosa frase «Canta, oh diosa, la cólera de Aquiles, el hijo de Peleo» solo se ha mantenido correctamente el nombre de Aquiles, decía Kadaré: no es canta sino cuenta; es hada o poetisa en vez de diosa; no es cólera sino manía u obsesión, y no es hijo sino descendiente o miembro del clan. La obra más famosa de Kafka desde hace unos años se llama La transformación. Y qué decir de Shakespeare: lo que en una vieja traducción era «a qué viles usos podemos descender, Horacio», más recientemente es «funestos destinos nos aguardan». En cuanto al casi canónico «ser o no ser», alguna vez se vertió como «existir o no existir». Problemas, sí, los que se quieran, pero sin los traductores nuestro mundo sería más silencioso y más pobre, como dijo Isabelle Marc, coordinadora de la mesa redonda que se celebró ayer en el Instituto Cervantes con traductores europeos de varios idiomas. Goedele de Sterck recordó lo que dijo Umberto Eco, que la traducción es la lengua de Europa. Y se refirió a algo en lo que insistieron también algunos de sus compañeros de mesa, que el traductor, con un pie en cada uno de los mundos en que trabaja (el idioma original y el de llegada), está obligado a una serie de equilibrios, así como a tener empatía tanto con el autor que traduce como con los lectores para los que trabaja. Señaló algo obvio, pero en lo que quizá no se piensa: la inmensa mayoría de los lectores, los que no acceden al idioma original, no leen a Proust o a Kafka, sino a sus traductores. Por otra parte, al trasladar una lengua se traslada toda una cultura, una forma de vida, advirtió Kepa Uharte, traductor del checo al catalán y al español. «Cada palabra exige meterse en ella a fondo, comprobar por qué está ahí». Y siempre hay otra opción posible para cada frase, «ese es el riesgo que hace entretenida la traducción». […] Todas las cuestiones expuestas componen lo que Miguel Sáenz, uno de los grandes traductores españoles […] llamó servidumbre y grandeza de la traducción cuando ingresó en la Real Academia. Si a Goethe, como recordó precisamente entonces Miguel Sáenz, la traducción le parecía una de las ocupaciones más importantes y más dignas del intercambio mundial, para Kadaré forma parte de la vida humana… Usted acaba de leer Sin traductores, ¿qué seríamos? Le invitamos a dejar sus comentarios. Gracias.
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Franco y ElenaTraductores y editores de literatura cristiana. Autodidactas. Padres de un adolescente y dos niñas. El pasatiempo favorito de Franco es cocinar; el de Elena es leer. El mayor anhelo de sus vidas es el de agradar y honrar a Dios en todo lo que hacen. Su visión: gozar en la eternidad con Cristo. Archives
September 2023
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