En los primeros días de noviembre, el mes en el que enfatizamos la «gratitud», nos contactaron de una de las casas editoriales seculares más grandes en la publicación de novelas para encargarnos la traducción al español de una colección de seis novelas que actualmente están nominadas como «éxitos de ventas» en el mercado angloparlante. La tarifa que nos ofrecieron (que de paso mencionaron era «baja» porque era tarifa para «comenzar» y dado el gran volumen de texto) era de diez centavos de dólar ($0,10) por palabra fuente más el 25% de regalías de las ventas netas de cada libro. Cada novela consta de alrededor de cien mil palabras. —¡Vaya! —exclamamos— ¡Por fin llegó el cliente ideal! Nos emocionamos. Todo parecía un sueño. Es decir, ¡estamos hablando de «regalías», el sueño de todo traductor! Sin embargo, cuando comenzamos a analizar el material, nos dimos cuenta de que se trataba de una colección de seis novelas «eróticas». Por lo tanto, para nosotros esto no era cuestión de pensarlo dos veces; era un rotundo «No». Rechazamos la jugosa oferta de inmediato. Aunque nos sentimos agradecidos por el hecho de que una editorial de tal magnitud nos haya considerado aptos y a la altura de sus estándares de calidad para este trabajo, y a pesar de la paz que tenemos por no haber tomado parte en algo que no glorifica a Dios, ese «No» trajo consigo cierta tristeza.
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Franco y ElenaTraductores y editores de literatura cristiana. Autodidactas. Padres de un adolescente y dos niñas. El pasatiempo favorito de Franco es cocinar; el de Elena es leer. El mayor anhelo de sus vidas es el de agradar y honrar a Dios en todo lo que hacen. Su visión: gozar en la eternidad con Cristo. Archives
September 2023
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