Decir «gracias» es algo que nos enseñan a hacer desde pequeños. Nuestros padres y maestros se afanan y esfuerzan por enseñarnos esto; no hacerlo es considerado un acto de mala educación. Sin embargo, hay una gran diferencia entre decir un simple «gracias» y agradecer de corazón. Así también, hay una gran diferencia entre agradecer y mantener una actitud de gratitud constante. La gratitud es un reflejo de la honra que damos a Dios y a las personas que Él utiliza para que ciertas bendiciones lleguen a nuestra vida.
Después de los últimos 30 días podemos decir que estamos más atentos de las bendiciones de Dios, incluso de las más pequeñas, y de los actos de los demás hacia nosotros para entonces agradecer con sinceridad. Nuestros hijos, más que pedir, ahora dan gracias. Como padres, es hermoso ver que nuestros niños, de rodillas y con confianza, dan gracias a Dios por cosas que antes solían «pedir». —Gracias, Señor, porque sé que me bendecirás en el examen de mañana. Mantener una constante actitud de gratitud es tener la certeza de que podemos contar con Dios en todo tiempo; es saber que, pase lo que pase, Él está en control. Como una parte adicional de este desafío (que hemos decidido adoptar como una nueva tradición de nuestra familia), consideramos que no solo debíamos «hablar» de la gratitud, sino también «demostrarla». (Recordemos que la fe sin obras, es muerta). Entonces, durante todo el mes hicimos cosas como tarjetas o mensajes de gratitud para dárselos/enviárselos a personas que han sido de bendición para nosotros de una u otra manera; compartimos comidas con familia y amigos; y para cerrar con broche de oro, el último fin de semana del mes hicimos una cena especial que compartimos con una familia a la que honramos con nuestra gratitud por un favor recibido. Algo para reflexionar fue el comentario de uno de nuestros invitados justo antes de comenzar a comer: «Lo que ustedes han hecho hoy por nosotros no es algo que se ve muy a menudo. Gracias por mostrarnos su gratitud y por honrarnos». Entonces pensamos: ¿no es acaso lo que todos los creyentes deberíamos hacer; ser agradecidos en todo tiempo? Al parecer, fomentar la gratitud no es algo «común» en nuestros días, y eso es triste; es algo que debe cambiar.
¡Sobra decir que nos faltó el mes para agradecer! Cuando comenzamos a contar todas nuestras bendiciones, sobran razones para alabar y dar gracias a Dios. Damos gracias por las infinitas bendiciones que Él hace llover sobre nosotros. También damos gracias a Wendy Bello por animarnos a tomar este desafío, y por compartir su sabiduría y sus propias experiencias para ayudarnos a gozar de la vida tal como Dios la diseñó. Sin duda alguna, estamos dejando un legado de fe y gratitud para nuestros hijos. Estamos viviendo una vida diferente, abundante en todo, y anhelamos que esta nueva tradición en nuestra familia perdure por generaciones con la única motivación de cultivar una actitud de gratitud constante, que glorifique y honre a Dios. Terminamos con este pensamiento: «La gratitud hace que lo que tenemos sea suficiente, y más. Transforma el rechazo en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad. Le da sentido a nuestro pasado, trae paz para el presente y crea visión para el futuro» --Melody Beattie Bendiciones para usted. Franco y Elena Usted acaba de leer Desafío Gratitud 2015. Esperamos que este artículo haya alentado su corazón.
Si usted desea adquirir el libro Una Mujer Sabia de Wendy Bello, encuéntrelo aquí; o visite su blog. Le invitamos a dejar su comentario o a compartir esta publicación en sus redes sociales. Hasta la próxima.
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Franco y ElenaTraductores y editores de literatura cristiana. Autodidactas. Padres de un adolescente y dos niñas. El pasatiempo favorito de Franco es cocinar; el de Elena es leer. El mayor anhelo de sus vidas es el de agradar y honrar a Dios en todo lo que hacen. Su visión: gozar en la eternidad con Cristo. Archives
September 2023
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